Hoy ya no extraño escucharte decir tus tonterías y reírme de tus malos memes o de tu pésima forma de cantar.
Hoy ya no extraño contarte sobre mi día, sobre mis logros o sobre lo que estoy haciendo y por eso tardo en contestar.
Hoy ya no extraño verte haciendo lo que más nos gustaba compartir, ya no extraño verte haciéndolo.
Hoy ya no extraño escuchar tus malas canciones, esas que significaban tanto para mi cuando las cantabas mirando el retrovisor.
Hoy ya no extraño salir juntos de nuestro lugar a escuchar tu música favorita, mientras recorríamos el camino a casa.
Hoy ya no extraño extrañarte, ya no extraño esperar a que tomes la iniciativa para que quisieras verme, quisieras besarme o tomarme la mano a escondidas de los demás.
Hoy ya no extraño ni me duele que no me hayas propuesto quedarme o que esperara un poco más...
Hoy ya no extraño escuchar tu voz, esa que despertaba las mariposas en el estómago, esas que provocaban que se me erizara toda la piel.
Hoy ya no extraño tu labia, esa que te salía tan bien y natural, esa de la que no creía una palabra pero que tu aun sabiendo que conmigo no funcionaba, igual la utilizabas y si, de vez en cuando sonaba bien.
Hoy ya no extraño tu ausencia, ya no siento ese vacío.
Hoy ya no te extraño en el día, no te extraño en mis tardes y mucho menos en mis noches, ya no extraño esa notificación en mi celular que iluminaba mi vida entera.
Hoy ya no te extraño, ya no te espero, ya no sueño con esa visita que no llega, ya no espero ese beso que no das, ya no espero la respuesta a esa decisión que necesitas tomar por tu bien, ya no sueño contigo toda la noche, ya no me imagino de la mano contigo, ya no espero ese para siempre del que tanto hablabas, ya no espero ver cumplir el que harías todo lo posible para que esto funcionara porque me querías de verdad...
Ya no te extraño más, porque descubrí que tu tampoco me extrañas a mi...
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